Bruce Nauman, Indiana,1941.



miércoles, 21 de mayo de 2008

LA CANTANTE, EL ARPISTA Y EL ARPA DE LA REINA PU-ABI, DE LAS TUMBAS REALES DE UR.

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UR, URUK, ERIDÚ, LAGASH, KISH...ciudades-estado; nombres míticos,cunas de civilización. Todas ellas en Mesopotamia, a orillas de los ríos Tigris y Eúfrates, conquistadoras y conquistadas, en guerras frecuentes y paces poco duraderas.
                               Mapa de la antigua Mesopotamia.



Son sociedades formadas por agricultores, ganaderos,artesanos, comerciantes, sacerdotes funcionarios... habitando  el núcleo urbano y su entorno. Vestidos, al menos en El Estandarte de Ur, con faldas de piel de oveja -llamadas kaunakes- desde el rey -Lugal- y posiblemente los altos funcionarios.
Inventores de la rueda, de la cerámica hecha con torno, de la metalurgia... y de la ESCRITURA, -cuneiforme-, en el IV milenio, que posibilita los primeros documentos escritos con los que empieza la HISTORIA ( es La Historia empieza en Sumer, el estudio clásico de Kramer).
Creadores de un arte sagrado,  expresivo y seductor; figurativo pero dentro de un realismo conceptual (mental) que representan las cosas  como se sabe  que son  más que como se ven, como haría el arte egipcio con el que comparten la perspectiva jerárquica, la estilización y el hieratismo...
La escritura era tan complicada (constaba de más de 2000 signos al principio) que convertirse en Escriba, suponía un trabajo arduo compensado con  llegar a ser un prestigioso alto funcionario.
Era una sociedad  jerarquizada, que descendía desde el lugal y la casta sacerdotal y los escribas hasta llegar a  la base social: los numerosos esclavos privados de derechos.
                                   Estandarte de Ur



En los años veinte del siglo XX,  Woolley, excavando en Ur, encontró las Tumbas Reales . Eran enterramientos con  ajuares funerarios suntuosos que sorprendieron por su lujo y  belleza. Se calculó correspondían a mediados del III milenio a.c. y entre las extraordinarias piezas halladas sobresale el llamado Estandarte de Ur -conservado en el Museo Británico- y el Arpa de la Reina Puabi, que se quedó en el Museo de Bagdad y ha desaparecido bajo las bombas en 2003.

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Arriba las dos caras de El estandarte de Ur: La Guerra y La Paz. Debajo un detalle de La Paz: la Cantante y el Arpista y debajo el Arpa de la reina Pu-abi (1,20m alt., hecha también con incrustaciones de nácar, cornalina, lapislázuli y panes de oro).


El Estandarte de Ur seduce  por la viveza de las figuras hechas  con técnica de mosaico.
En una de las caras  del llamado Estandarte ( que es una  caja trapezoidal cuya función se desconoce) se desarrolla La Guerra y en la otra La Paz; las escenas forman una narración continua, como un cómic, posiblemente el primero.
Las imágenes se leen de abajo a arriba y de derecha a izquierda. En el panel de La Paz, en el registro superior el Lugal y los altos funcionarios y tal vez sacerdotes, reciben el botín y celebran la victoria acompañados por la música y el canto que surge del arpista y la cantante situados en la esquina derecha del registro superior.



El Arpa de la reina Puabi:Era uno de los objetos  del  ajuar, un hermoso instrumento musical de 1,20 m. de alt. Como la pequeña arpa del músico del Estandarte de Ur, está engalanada con una cabeza de toro, animal totémico que pasará a todo el Mediterráneo.

Pero el Estandarte de Ur ha sobrevivido en el Museo Británico, mientras  - el gran Arpa de la Reina Puabi- tan bella   ha sido destruida junto con el Museo de  Bagdad .
Ya no existe el arpa maravillosa  que se conservó durante milenios en la oscuridad de las Tumbas Reales , junto al Estandarte Quedan sólo sus imágenes  y el vacío desolado  que rodea sus cenizas.


El frente de la caja de resonancia del Arpa de la reina Puabi estaba decorado con imágenes de gran  interés iconográfico y mitológico realizadas con los mismos materiales y técnicas y representaban en recuadros escenas de los  mitos   sumerios.  





En el recuadro superior Gilgamés, el señor de los animales de la mitología sumeria abraza a dos toros con cara humana, en una composición que busca la estricta simetría y origina un esquema compositivo que permanecerá.

En los tres registros siguientes se desarrollan escenas en las que los animales representan acciones humanas, iniciando las fábulas:

Debajo de Gilgamés un perro transporta una mesa con alimentos para un banquete y es seguido por un león con una copa y una gran vasija donde se supone está el vino o mejor la cerveza que se sabe inventaron los sumerios. 
En la escena siguiente los músicos: un asno toca el arpa y un chacal otro instrumento (el sistro). En la escena inferior y final un hombre-escorpión camina solemne seguido de una gacela con copas que puede haber llenado en la gran vasija representada junto a ella.
El conjunto parece ser una evocación del Mito de Gilgamés,  de algunas de las escenas conocidas por  trasmisión oral primero y luego fijadas por  la escritura en la Epopeya de Gilgamés.
Una vez más en la iconografía y en la fabulación Sumer aparece como el centro innovador e irradiador de cultura que se difundirán en el espacio y se mantendrán en el tiempo.


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