viernes, 9 de mayo de 2008

PROSAS ASOMBROSAS KATHERINE MANSFIELD

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KATHERINE MANSFIELD,  Wellington, Nueva Zelanda  1888,  murió en París en 1923.Estudió en Londres hasta 1906 a donde volvería más tarde. En 1909 se casó con un cantante al que abandonaría  y finalmente  en 1918 con J. Middleton Murry, crítico y editor. Frecuentó al grupo de Bloomsbury despertando la admiración de muchos de  sus miembros. De su DIARIO, que abarca desde 1910 a 1922  se selecciona este microrrelato, modelo de irónico monólogo interior.

¿POR QUÉ PUEDE SER  ASOMBROSA LA PROSA DE KATHERINE MANSFIELD?

* PORQUE ES CAPAZ DE LEVANTAR EL VELO DE LA COSTUMBRE PARA DESCUBRIR , CON UNA MIRADA NUEVA, UNA REALIDAD DIFERENTE Y MÁS VIVA,

* PORQUE ES CAPAZ DE HUMANIZAR A OTROS SERES VIVOS PARA DOTARLOS NO SÓLO DE SENTIMIENTOS SINO DE PENSAMIENTO Y JUICIO Y, A TRAVÉS DE ESTE SERIO JUEGO, MOSTRARNOS A NOSOTROS MISMOS CRUELES Y RIDÍCULOS,

* PORQUE ES CAPAZ DE TRASLADAR A UNOS HERMOSOS GERANIOS ROJOS ACTITUDES XENÓFOBAS Y SNOBS PROPIAS DE LOS HUMANOS MÁS CIVILIZADOS,

* POR SU IRONÍA IMPERCEPTIBLE...,POR SU LIGERO HUMOR, PERO SOBRETODO PORQUE ES CAPAZ DE COMUNICAR TODO ELLO A TRAVÉS DE UNA PROSA SENCILLA, DECANTADA Y EXPRESIVA QUE TIENE MUCHAS DE LAS MEJORES CUALIDADES DE LA POESÍA...EN CASO DE QUE NO SEA POESÍA.






LOS GERANIOS

"Los geranios rojos han invadido mi jardín. Se han instalado aquí, han vuelto a su casa, han desempaquetado las hojas y las flores, las han colocado a cada una en su sitio y están decididos a que ninguna fuerza terrestre les haga mover de aquí. Bueno, esto no me importa. Pero ¿por qué quieren que me de cuenta que soy una extranjera? Por qué me preguntan cada vez que me acerco: "qué haces en un jardín de Londres?" Están que arden de tanta arrogancia y orgullo. Y yo soy la niña de las colonias que se pasea por este trocito de jardín con permiso de mirar,pero no con el de quedarme allí demasiado rato. Si me echo sobre la hierba, sin falta me gritan:"Miradla ahí tendida sobre nuestro cesped, haciendo ver que vive aquí y que aquella gran pared trasera, con las ventanas abiertas y los visillos de colores movidos por el viento, es su casa. Ella es una extranjera, una forastera. No es más que una muchachita que está sentada en las colinas de Tinakori y que sueña: "He ido a Londres, me he casado con un inglés y hemos vivido en una casa alta y seria, con un jardín lleno dce geranios rojos y de margaritas blancas" "¡Qué atrevimiento!"




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