lunes, 15 de septiembre de 2008

W.H.AUDEN en prosa: "Leer"




LEER


"Un poeta no puede leer a otro poeta, ni un novelista a otro novelista, sin comparar el trabajo de aquél con el suyo propio. Los juicios que hace mientras lee son del tipo. ¡Por Dios! ¡Por mi bisabuelo! ¡Por mi tío! ¡Por mi enemigo! Por mi hermano! ¡Por el cretino de mi hermano!" 


"La lectura de un niño está guiada por el placer, pero se trata de un placer indiscriminado; no puede distinguir, por ejemplo, entre el placer estético y los placeres del aprendizaje o la ensoñación.


Cuando llegamos a la adolescencia, nos damos cuenta de que hay diferentes clases de placer, algunas de las cuales no pueden disfrutarse de manera simultánea; necesitamos, con todo, que otros nos ayuden a definirlas. Ya sea en cuestión de gustos culinarios o de gustos literarios, el adolescente busca un mentor en cuya autoridad pueda creer. Come o lee lo que su mentor le recomienda e, inevitablemente, hay ocasiones en las que debe engañarse un tanto; debe fingir que le gustan más las aceitunas o que disfruta más con "Guerra y paz" de lo que sucede en realidad.


Entre los veinte y los cuarenta años estamos inmersos en el proceso de descubrir quiénes somos, lo que implica aprender la diferencia entre las limitaciones accidentales, que es nuestro deber superar y dejar atrás, y las limitaciones necesarias de nuestra naturaleza, que no podemos trasgredir impunemente.Muy pocos de nosotros somos capaces de aprender esta diferencia sin cometer errores, sin tratar de convertirnos en una persona algo más universal de lo que nos está permitido. Es durante esta etapa cuando un escritor puede extraviarse más fácilmente por culpa de otro escritor o de alguna ideología.


Cuando alguien entre los veinte y los cuarenta años afirma, a propósito de una obra de arte "Sé lo que me gusta", en realidad está diciendo: "No tengo gusto propio, pero acepto el gusto de mi entorno cultural", porque, entre los veinte y los cuarenta años, el indicio más seguro de que un hombre tiene un gusto propio genuino es que no está seguro de él.


Después de los cuarenta años, si no hemos perdido de todo nuestro auténtico ser, el placer puede convertirse de nuevo en lo que era cuando no habíamos salido de la niñez, el guía más idóneo para saber qué deberíamos leer."




Auden,W.H.: Los señores del límite. (selección de poemas y ensayos) Galaxia Gutenberg.
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