Emigrantes h 1900 con la Isla de Ellis al fondo
Henry Roth, de quien Alfaguara publica Un americano, es especial dentro de la literatura porque su vida y su obra siguieron una trayectoria inusual. Vivió atormentado por la falta de fe en sí mismo, como persona y como creador y por los sufrimientos causados por heridas diferentes y profundas, su identidad como judío, el incesto...
Su primera gran novela pudo ser olvidada y desaparecer, como pareció sucedía en 1934 , pero reeditada treinta años más tarde supuso la consagración por la crítica y por los lectores vendiéndose un millón de ejemplares. De sí mismo le salvó la compositora y pianista Muriel Parker. La conoció en Yaddo una colonia de artistas en 1938 y se casaron al año siguiente. Vivieron juntos hasta la muerte de ella en 1990.En el fondo es a ella a quien se dirige en estas páginas.
Cuando publicó Llámalo sueño (Call it Sleep) en 1934 Roth tenía 28 años. Por complejas razones -desde el contexto socio-económico de la Gran Depresión al radicalismo ideológico de los años treinta- tuvo críticas desiguales y el libro pasó desapercibido; tras décadas de silencio y alejamiento de la escritura, en 1964 se reeditó en bolsillo con el éxito señalado. Hoy se la considera una de las grandes novelas del siglo XX y a Roth, además de un escritor de primera fila, un iniciador de la fecunda veta de grandes novelistas americanos en inglés de origen judío: Salinger, Saul Bellow, Philip Roth...,porque otro gran escritor de origen judío inmigrante en Estados Unidos desde los años treinta el polaco I.B.Singer (también Premio Nobel, como Bellow) eligió continuar expresándose en su yiddish materno.
Un americano, (An american Type) está armada, casi como se monta una película por el editor Willing Davison con los materiales en que trabajaba Roth cuando, a los 89 años llegó la muerte. Empezó a escribirla unos años antes cuando Muriel Parker acababa de morir. Su matrimonio había durado cincuenta años y el libro era un homenaje a ella, a cuánto la admiraba y creía deberle; a la falta de sentido que la vida tenía sin ella, pero también, como toda su obra, es un intento por explicarse a sí mismo, para llegar a aceptarse y perdonarse tal vez.
El editor ha reducido a 312 páginas las 1900 escritas con ordenador ( el procesador de textos le permitió a Roth escribir a pesar de la incapacitante artrosis reumatoide que atenazaba sus dedos) y lo ha hecho siguiendo un método atento a respetar las secuencias del estilo de Roth y sus intereses literarios. El resultado es una obra capaz de interesar y emocionar al lector tanto como sus libros anteriores. Una narración torrencial de lirismo áspero y desgarrador. Su obra completa la componen seis novelas, separadas , la primera y la segunda, por el largo periodo de inactividad creativa que siguió a su aparente fracaso como escritor:
*Llámalo sueño,la publicada en 1934,- y -muchos años después- la tetralogía, A merced de una corriente salvaje, otra obra maestra bajo cuyo verso de Shakespeare están cuatro novelas notables:
* Una estrella brilla sobre Mount Morris,1999
* Un trampolín de piedra sobre el Hudson, 2000
* Redención, 2002
* Réquiem por Harlem, 2002,
a ellas hay que añadir * Un americano, 2010. Los largos años en que Roth dejó de escribir sobrevivió precariamente dedicado a los más diversos oficios.
Un americano es la más autobiográfica de las obras de Roth, con serlo todas, la más explícita; tiene mucho de elegía, de desolación por la pérdida de Muriel cuyo amor, inteligencia, y comprensión para sus angustias e inseguridades le capacitaron para llevar una vida menos atormentada y volver a enfrentarse con la escritura. Así habla Ira Stigman, álter ego de Roth, de Muriel Parker:
"Su constitución esbelta, sus muñecas nada tensas de pianista cruzadas sobre el regazo de su vestido marrón, su pelo rubio oscuro...Resultaba muy hermosa sentada en el taburete ante el oscuro piano vertical.-Sólo hay dos cosas que quiero -dijo-. Casarme contigo y componer música". (p291)
"...si no fuera por M., pues podría volverse incluso más detestable aún, y sin M. no tendría ni una mínima posibilidad de convertirse en la persona que podía aceptar, que anhelaba ser."(p.71).
"Ella se sentó al otro lado de la mesa mirándole con unos ojos fijos e indulgentes que Ira sintió con seguridad que le veían tal como era, y sin engaños, aceptando sin embargo totalmente la unión de sus vidas". (282)
"Su M., su indeciblemente preciosa M., parte de él, entrelazada, entretejida, entremezclada, entre, entre, entre..., separada violentamente de él, arrancada de sus tejidos, de sus sinapsis." (309)
Un americano captura al lector por el interés que despierta el autoanálisis a que Roth se somete con una sinceridad desarmante, sin excusas,como en una meditación dolorida; por cómo expresa el contexto ideológico en que se movió en los años treinta; por el retrato familiar, tan contrapuesto ( una familia de inmigrantes judíos pobres del Lower East Side -la de Henry Roth y otra aristocráticamente norteamericana, descendientes de los puritanos del Mayflower, la de Muriel);por cómo retrata las personalidades tan distintas de ambos y a pesar de ello su amor y leal sintonía...,los ambientes de Nueva York, Los Ángeles o Albuquerque...o el viaje de polizón que Ira realiza en trenes de mercancías desde California a Nueva York....la personalidad serena pero apasionada de Muriel que Roth/Ira agradece a la vida como un don capaz de salvarle a pesar de tantas inseguridades y depresiones...
A esto hay que añadir la calidad y el vigor de su prosa que ya impresionaba en Llámalo sueño:
"Una nube cizalló la luz del sol del embarcadero; David sintió la espalda más fría; el viento se hizo más intenso...Las chimeneas de la otra orilla se oscurecieron lentamente, estriando la velada distancia con una sombra de color gris hierro. -Sobresalen como fichas. Como fi...pi...¡Sh! Hoy has sido bueno. Mira a otro sitio.Su mirada se movió hacia la izquierda. A medida que la nube fue pasando, una rueda de afilar larga y delgada quemaba plata sobre el agua... -¡Caramba!, no lo había visto nunca! Se ensanchaba convirtiéndose en una faja, en una senda, se ensanchaba. -Como si acabara de pasar un barco. Una llanura, perfecta,lisa como una lámina hasta sus apretados márgenes, David tenía los ojos encandilados.Los párpados le pesaban."(Llámalo sueño, Editorial Alfaguara.p.375)
Llámalo sueño se inicia cuando en 1908 el autor de dos años llega con su madre en un barco de emigrantes - desde su Galitzia natal, en el Imperio Austro-Húngaro-al puerto de Nueva York.Allí les espera un padre que ya desde el principio se presagia arbitrario y colérico para instalarse en el Lower East Side entre otras familias judías donde el idioma habitual era el yiddish.
El novelista y crítico J.M. Guelbenzu que en los años noventa, cuando se publicó Llámalo sueño, compartió su entusiasmo con tantos lectores de sus críticas -que hasta entonces sólo conocían y admiraban a Philip Roth o al Roth austrohúngaro de La Marcha Radetzky- termina su reseña de Un americano, en Babelia, con estas palabras:
"Hoy es un grande entre los grandes y la lectura de este libro un auténtico regalo para sus lectores: Una historia de amor en tiempo de la Depresion"