lunes, 2 de octubre de 2017

PHILIP.K.DICK / del más allá y la vida eterna






El diálogo entre  Rodrigo Fresán y Roberto Bolaño en  Dos hombres en el castillo: una conversación electrónica sobre P.K.Dick-, "Letras Libres", 2002-,sigue siendo una buena  guía para adentrarse en la  lectura del escritor.
Fresán y Bolaño coinciden en que P. K. Dick es uno de los grandes escritores del siglo XX y en que sus textos no han envejecido. Para Bolaño  Dick "es el escritor de los paranoicos, como Byron fue el escritor  de los románticos" y para Fresán   frente a los escritores que contagian una forma de escribir ( Nabokov,Salinger...), Dick contagia una forma de pensar. También están de acuerdo en que este escritor  "de género", puede recordar a Borroughs  y,en algunos de sus mejores textos, a Borges. 
Esa coincidencia con Borges se percibe en "No por su encuadernación" . En este relato  se hace evidente que Borges y Dick comparten el gusto por  lo fantástico cotidiano o no, el ingenio para la invención  de mundos paralelos, la utilización  de  una erudición refinada, y un fondo filosófico o metafísico... inquietante. Todo ello condimentado  con  sutil ironía, indudable humor, y un talento especial para desde las primeras líneas  asir al lector y arrastrarle  lejos.

                        


No por su encuadernación
                               


El anciano y temperamental presidente de Libros Obelisk dijo con tono de irritación: 
-No quiero verlo, señorita Handy. El libro está en imprenta. Si hay un error en el texto, ya no podemos hacer nada. 
-Pero, señor Masters -dijo la señorita Handy-, es un error muy importante, señor. Si el señor Brandice está en lo cierto, el capítulo entero...
-Ya he leído su carta; y también he hablado con él por videófono. Ya sé lo que dice.- Masters se acercó a la ventana de la oficina y pasó una mirada melancólica por los mismos cráteres y las mismas llanuras de Marte que llevaba tantas décadas contemplando."Cinco mil copias impresas y cosidas -pensó-. Y la mitad de ellas en piel de wub marciano estampada con letras doradas. El material más elegante y más caro que se puede encontrar. Ya estábamos perdiendo dinero con esta edición y ahora esto..."
Sobre su mesa descansa una copia del libro. El De Rerum Natura de Lucrecio, en la excelsa traducción de John Dryden. Enfurecido, Barney Masters pasó las páginas blancas. ¿Quién iba a pensar que alguien en Marte conociera con tanto detalle un texto tan antiguo?Pero el hombre que esperaba en la antesala de la oficina era sólo uno de los ocho que habían escrito o llamado a Libros Obelisk para hablar del párrafo en disputa.¿En disputa? No había ninguna disputa. Los ocho eruditos tenían razón. Se trataba simplemente de conseguir que se marcharan en silencio, de olvidar que habían leído alguna vez la edición de Obelisk y reparado en el pasaje equivocado en cuestión. Masters pulsó el botón del intercomunicador de su mesa y le dijo a la recepcionista:
-Muy bien, que pase. -De otro modo nunca se iría de allí. Los eruditos solían ser así. Parecían tener una paciencia infinita.
Se abrió la puerta y entró un hombre alto, de pelo cano, con unas anticuadas gafas de estilo terrícola y un maletín en la mano. 
-Muchas gracias, señor Masters -dijo-. Permita que le explique, señor mío, por qué mi organización considera esto de tal importancia. -Se sentó junto a la mesa y abrió su maletín-. A fin de cuentas, no podemos olvidar que somos una colonia. Todos nuestros valores, nuestras costumbres, los elementos materiales de nuestra vida cotidiana y nuestras maneras de comportamiento provienen de la tierra. CDRGF considera que su edición de la obra...
-¿CDRGF? -lo interrumpió Masters. Nunca había oído hablar de ellos, pero aun así se encogió por dentro. Obviamente, se trataba de uno más de los numerosos grupos de chalados e inadaptados que estudiaban todo cuanto se imprimía, tanto localmente como en la Tierra, para su distribución en el mercado marciano. -Centinelas de la Distorsión y de Reliquias Generalmente Falsificadas -le explicó Brandice-. Tengo aquí conmigo una edición terrícola, auténtica y correcta, de De Rerum Natura, la traducción de Dryden, la misma que han empleado para la edición local. -Su énfasis en la palabra "local" hizo que pareciera desagradable y de segunda clase; como si, pensó Masters, Libros Obelisk estuviera haciendo algo impropio al editar aquella obra-. Consideremos las interpolaciones erróneas. Quisiera que empezara por estudiar mi copia...-Depositó sobre la mesa de Masters un viejo libro maltrecho impreso en la Tierra-, en la que aparece en su forma correcta. Y luego, señor mío, pasaremos a revisar el mismo pasaje en su edición. -Junto al viejo libro azul colocó una de las copias del grande y bello volumen forrados en piel de wub que había editado Libros Obelisk.
-Deje que llame al editor -dijo Masters. Pulsó el botón del intercomunicador y le dijo a la señorita Handy-:Dígale a Jack Snead que venga por favor.-Sí, señor Masters.-Citaré la edición auténtica -dijo Brandice-. En ella obtenemos la siguiente traducción métrica del latín. Ejem. -Se aclaró la garganta, un poco cohibido, y luego empezó a leer en voz alta:
De las sensaciones de pesar y placer seremos libres.No sentiremos, porque habremos dejado de ser.Y así se pierda la tierra en los mares y los mares en el cielo,No nos moveremos, nos llevarán de un lado al otro.
-Conozco el pasaje -dijo Masters con cierta sequedad. Se sentía molesto. El hombre estaba tratándolo como si fuera un niño. 
-Esta cuarteta -continuó Brandice- está ausente de su edición, reemplazado por los siguientes versos espurios, procedentes de Dios sabe qué fuente. Permítame. -Tomó la suntuosa copia de Obelisk y la hojeó hasta encontrar el párrafo que buscaba. Hecho esto, empezó a leer:
De las sensaciones de pesar y placer seremos libres;Lo que ningún hombre de la Tierra podrá ver ni sentir.Una vez muertos,vislumbraremos océanos surgidos de esta verdad.Nuestro triste paso por la Tierra anuncia una felicidad sin fin.
Con una mirada de hostilidad a Masters, Brandice cerró violentamente el volumen encuadernado en piel de wub.-Lo más fastidioso -dijo- es que esta cuarteta transmite un mensaje diametralmente opuesto al del resto de la obra. ¿De dónde ha salido? Alguien habrá tenido que escribirla. Dryden no fue...ni tampoco Lucrecio, claro. -Miró a Masters como si creyera que había sido él personalmente.En ese momento se abrió la puerta y entró el editor jefe de la empresa, Jack Snead. 
-Tiene razón -dijo con resignación-. Y es sólo una de las aproximadamente treinta alteraciones que ha sufrido el texto. Lo revisé de cabo a rabo cuando empezamos a recibir cartas. Y ahora he empezado a hacer lo mismo en otras obras del catálogo de otoño -añadió con un gemido-. Y he encontrado alteraciones en varias de ellas. 
-Usted fue el último que leyó la copia antes de enviarla a los tipógrafos -dijo Masters-. ¿Estaban los errores allí entonces? 
-Desde luego que no -respondió Snead-. Y además siempre leo las galeradas personalmente y los cambios tampoco estaban en ellas. Las alteraciones no aparecieron hasta que no se imprimieron las copias finales. O, para ser más precisos, las copias encuadernadas en piel de wub, con letras doradas. Las copias normales, en cartoné...están perfectamente.Masters parpadeó. 
- Pero si la edición es la misma. Las enviamos juntas a la imprenta. Es más, la edición de lujo no estaba prevista originalmente. Sólo en el último instante nos sugirió la oficina de negocios la posibilidad encuadernarla en piel de wub.-Creo -dijo Jack Snead- que vamos a tener que estudiar muy concienzudamente el asunto de la piel de wub marciano.
Una hora después, un afectado y prematuramente envejecido Masters, en compañía de su editor jefe, Jack Snead, se encontraba sentado frente a Luther Saperstein, agente de ventas de la empresa Flawless Incorporated, a quien Libros Obelisk le había comprado la piel de wub con la que se habían encuadernado los volúmenes.  
-Para empezar -dijo Masters con tono conciso y profesional-, ¿qué es la piel de wub? 
-Básicamente -respondió Saperstein-, en el sentido que está  usted formulando la pregunta, es la piel de wub marciano. Sé que esto no les dice gran cosa, caballeros, pero al menos es un punto de referencia, un postulado en el que todos podemos estar de acuerdo y a partir del cual podemos avanzar a conclusiones más importantes. Permitan que me explaye un poco más sobre la naturaleza del propio wub. Su piel es muy apreciada, entre otras razones, porque es muy rara. La piel de wub es rara porque los wubs no suelen morir. Con esto quiero decir que es casi imposible matar a un wub, aunque se trate de un wub enfermo y viejo. Y, aunque el wub esté muerto, la piel sigue viva. Esta cualidad imparte un carácter único a los objetos con los que se emplea, sean muebles o, como en su caso, libros, volúmenes únicos diseñados para perdurar una vida entera. 
Masters suspiró y dirigió una mirada de aburrimiento hacia la ventana mientras Saperstein continuaba con su explicación. A su lado, su editor jefe tomaba crípticas y breves notas, con una expresión sombría en su joven y enérgico rostro. 
-Lo que les servimos -dijo Saperstein- cuando acudieron a nosotros...Y creo que es importante resaltar esto: que ustedes acudieron a nosotros, no a la inversa. Lo que les servimos, digo, fueron las pieles más selectas y perfectas de nuestro inventario. Esas pieles vivientes tienen un lustre único y característico. No hay nada en todo Marte o en la Tierra que se les pueda comparar. Si sufre un desgarro o un arañazo, la piel se repara sola. Con el paso de los meses va creciendo más y más, y las tapas del volumen se van volviendo cada vez más lustrosas y, por ende, más codiciadas. Dentro de diez años, la calidad de las tapas de estos libros encuadernados en piel de wub... 
-Así que la piel sigue viva -interrumpió Snead-. Interesante. Y el wub, según dice, es tan resistente que resulta prácticamente imposible de matar.-Lanzó una rápida mirada a Masters-.Cada una de las treinta y tantas alteraciones sufridas por los textos de nuestros libros  tiene que ver con el tema de la inmortalidad. La revisión de Lucrecio es típica. El texto original nos dice que el hombre es un ser pasajero que aunque sobreviva a la muerte, no conservará ningún recuerdo sobre su paso por el mundo. En lugar de esto, los pasajes nuevos hacen referencia, lisa y llanamente, a un futuro cuya existencia se da por supuesta; tal como ha dicho usted, en abierta contradicción con la filosofía de Lucrecio. Se da cuenta de lo que ocurre aquí ¿no? Es la filosofía de los wubs, superpuesta a la de los diferentes autores. Eso es todo. -Se interrumpió entonces y continuó tomando notas en silencio.  
   -¿Cómo es posible que una piel -inquirió Masters-, aunque se trate de una piel viva, pueda ejercer influencia sobre el contenido de un libro? Un texto ya impreso: las páginas guillotinadas, los filos pegados y cosidos...Desafía toda razón. Por mucho que el encuadernado, la condenada piel, esté viva, cosa que ya me resulta bastante difícil de creer.-Fulminó a Saperstein con la mirada-. Si está viva, ¿de qué se alimenta? 
-De las minúsculas partículas de la materia orgánica en suspensión en la atmósfera -respondió Saperstein con tono templado.Masters se puso de pie. 
-Vámonos -dijo- esto es ridículo. 
-Inhala las partículas -dijo Saperstein- a través de sus poros. -Lo dijo con tono digno, incluso reprobatorio.Tras estudiar sus notas, Jack Sneade, que no se había levantado al tiempo que su jefe, dijo con tono pensativo: 
-Algunos de los textos enmendados son fascinantes. Tenemos desde revisiones completas de párrafos originales, incluido el sentido del autor, como en el caso de Lucrecio, a correcciones muy sutiles, casi invisibles, si es que se les puede llamar correcciones, de textos más acordes con la doctrina de la vida eterna. La auténtica pregunta es ésta:¿ nos enfrentamos simplemente a la opinión de una forma de vida concreta, o hablan los wub con conocimiento de causa? El poema de Lucrecio por ejemplo...Es muy hermoso e interesante...como poema. Pero como afirmación filosófica, podría estar equivocado. Yo no lo sé. No es trabajo mío saberlo. me dedico a editar libros, no a escribirlos. Lo último que debe hacer un editor es modificar el texto original del autor. Pero esto precisamente es lo que está haciendo el wub...o, al menos, la piel del wub ya muerto.Dicho esto guardó silencio. 
-Me gustaría saber si ha añadido algo de valor -dijo Saperstein. 
-¿Desde el punto de vista poético? ¿O desde el filosófico? Si se refiere al primero, al punto de vista estilístico, sus interpolaciones no son mejores ni peores que los textos originales. Consigue, eso sí, imitarlos tan bien que si uno no conoce el texto con anterioridad, no se daría cuenta de que son obras de dos plumas diferentes. -Y añadió, con cierto aire siniestro-: O, más bien, de una pluma y un pelo diferentes. 
-Me refería más bien al punto de vista filosófico. 
-Bueno, se trata siempre del mismo mensaje, repetido de manera monótona. No existe la muerte. Nos vamos a dormir y despertamos...a una vida mejor. Lo que le ha hecho al De Rerum Natura es un ejemplo típico. Leído uno, leídos todos. 
-Sería un interesante experimento -dijo Masters, pensativo- encuadernar una Biblia en piel de wub. 
-Ya lo he hecho -dijo Snead. 
-¿Y? 
-Como es natural, no he tenido tiempo para leerla entera. Pero le he echado un vistazo a la carta de San Pablo a los corintios. Sólo ha hecho un cambio. El párrafo que comienza "Contemplad, voy a contaros un misterio..." está todo en mayúsculas. Y los versículos "Muerte ¿dónde está tu aguijón? Sepulcro ¿dónde está tu victoria?" se repiten diez veces seguidas. Es evidente que el wub está de acuerdo con ello. Es su propia filosofía...o teología, más bien. -A continuación sopesando cada una de sus palabras, añadió-: Básicamente, se trata de una disputa teológica...entre el público lector y el pellejo de un animal marciano que parece un híbrido entre un gorrino y una vaca. Es curioso.Y volvió a enfrascarse en sus notas.Tras una solemne pausa, Masters añadió: 
-¿Cree usted que el wub posee información o no? Como ya ha dicho, podría ser que ésta no fuera sólo la opinión de un animal que tiene especial éxito sorteando la muerte. Ha hecho lo que predica. Al morir y ser despellejado para acabar convertido, todavía vivo, en encuadernación de libros, ha logrado conquistar a la muerte. Sigue viviendo. En lo que parece ser una vida mejor. No sólo estamos tratando con una forma de vida nativa con sus propias opiniones; nos enfrentamos a un organismo que ha conseguido hacer algo que nosotros no sabemos si es posible. Pues claro que sabe lo que dice. Es la confirmación viviente de su propia doctrina. Los hechos hablan por sí solos. Me inclino a creerlo.                                                                                   
                                       -Puede que haya conseguido la vida eterna para sí -repuso Masters-, pero  eso no quiere decir necesariamente que exista para los demás. El wub, tal como ha señalado el señor Saperstein, es una criatura única. No existe ningún otro ser, terrícola, lunar o marciano, cuya piel sea capaz de seguir de seguir viviendo alimentándose de partículas microscópicas en suspensión. El hecho de que sea capaz de hacerlo... 
-Es una pena que no podamos comunicarnos con las pieles de wub - dijo Saperstein-. Lo hemos intentado aquí, en Fawless, desde la primera vez que reparamos en su supervivencia post mortem. Pero nunca hemos encontrado el modo. 
-Pero nosotros en Obelisk si lo hemos hecho -señaló Snead-. De hecho he llevado a cabo un experimento. He hecho imprimir una sola línea, con la siguiente frase: "El wub, a diferencia de cualquier otra criatura, es inmortal". Lo encuaderné en piel de wub y volví a leerlo. Había cambiado. Vea. -Le pasó a Masters un bello y fino librillo-. Lea cómo ha quedado.Masters leyó en voz alta:-"El wub, como cualquier otra criatura viva, es inmortal. -Y, tras devolverle la copia a Snead, añadió: Desde el punto de vista del significado, esto es una bomba. Estamos recibiendo información desde más allá de la tumba...por decirlo así. O sea, técnicamente, la piel de wub está muerta, dado que el wub al que pertenecía lo está. Esto se parece una barbaridad a una verificación irrefutable de la supervivencia de la vida inteligente después de la muerte.-Claro que, también hay un pequeño detalle...-dijo Saperstein entre titubeos-. Detesto sacar esto a colación, y no sé si tiene demasiada importancia, pero el wub marciano, a pesar de su asombrosa, incluso diría milagrosa capacidad de supervivencia, es, desde el punto de vista mental, una criatura estúpida. Por poner un ejemplo: el cerebro de una zarigüeya terrícola es tres veces más pequeño que el de un gato. El del wub es cinco veces mas pequeño que el de la zarigüeya -dijo sombríamente. 
-Bueno -dijo Snead-. La Biblia dice: "Los últimos serán los primeros". Puede que esta afirmación sea extensiva al wub, en su estupidez. Al menos, eso espero.Masters lo miró. 
-¿Querría usted la vida eterna? -preguntó. 
-Desde luego -respondió Snead-. Como todos. 
-Yo no -afirmó Masters con tono decidido-. Ya tengo problemas suficientes sin ella. Lo último que querría es seguir viviendo como encuadernación de libro...o en cualquier otra forma. -Pero en su interior había empezado silenciosamente a pensar de manera diferente. Muy diferente. 
-Parece algo que podría gustarle a un wub -convino Saperstein-.Convertirse en la encuadernación de un libro. Estar allí tendido, año tras año, inhalando partículas minúsculas de la atmósfera. Y seguramente meditando. O lo que sean que hacen los wub después de morir. 
-Piensan sobre teología -dijo Snead- . Predican. -Se volvió hacia su jefe y añadió-:  supongo que no encuadernaremos más libros en piel de wub. 
-No con fines comerciales -asintió Masters-. Para venderlos. Pero...-No podía sacudirse de encima la idea de que aquello podía tener alguna utilidad práctica-. Me pregunto si podría conferir la misma capacidad de supervivencia a cualquier cosa que hiciéramos con ella. Como cortinas. O tapicerías. Podría acabar con los accidentes mortales en los intercambiadores. O podríamos usarlo como forro para los cascos de los soldados. Y de los jugadores de béisbol. -Las posibilidades se le antojaban infinitas...pero aún nebulosas. Tendrá que meditarlo durante mucho, mucho tiempo. 
-En cualquier caso -dijo Saperstein- mi empresa se niega a devolverles el dinero. Las características de la piel de wub son del dominio público desde que, a comienzos de año, editamos un folleto publicitario. En él se afirmaba categóricamente... 
-De acuerdo, asumiremos las pérdidas -dijo Masters con un ademán irritado-. Dejémoslo. -Se volvió hacia Snead y añadió-:¿Y dice en los treinta y tantos pasajes que ha intercalado si la vida después de la muerte es grata? 
-Desde luego. "Nuestro triste paso por la Tierra anuncia una felicidad sin fin". Esto lo resume; es una de las líneas añadidas al De Rerum Natura. Está todo ahí. 
-"Felicidad sin fin"...-dijo Masters mientras asentía-. Claro que, no estamos en la Tierra; estamos en Marte. Pero supongo que es lo mismo. Se refiere a la vida, se viva donde se viva. -De nuevo,con más gravedad aún, volvió a meditar-. Se me ocurre que una cosa es hablar de forma abstracta sobre "la vida después de la muerte". La gente lleva cincuenta mil años haciéndolo. Lucrecio lo hizo,hace dos mil. Pero lo que más me interesa no es el tema en general, desde el punto de vista filosófico, sino el hecho concreto de la piel de wub; su inmortalidad. -Y le dijo a Snead 
-: ¿Qué otros libros ha encuadernado con ella? 
-La edad de la razón, de Payne -dijo Snead tras consultar su lista. 
-¿Y con qué resultado? 
-Doscientas sesenta y siete páginas en blanco. Salvo la página central que contiene la palabra "bah". 
-Continúe. 
-La Británica. En esta no ha cambiado nada, pero se han añadido artículos enteros. Sobre el alma, la transmigración, el infierno, la condenación, el pecado y la inmortalidad. Los veinticuatro volúmenes han cobrado un sesgo religioso. -Levantó la mirada-. ¿Quiere que continúe? 
-Claro -dijo Masters, meditando y escuchando simultáneamente. 
-La Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino. El texto ha quedado intacto, pero ha intercalado periódicamente la siguiente línea de la Biblia: "La letra mataba, pero el espíritu daba la vida". Una y otra vez."El Horizontes perdidos, de James Hilton. Aquí, Shangri-La se convierte en una visión de la vida después de la muerte, que... 
-Muy bien -dijo Masters-. Nos hacemos una idea. La cuestión es ¿qué podemos hacer con esto? Obviamente, encuadernar libros no...Al menos, libros con los que la piel de wub esté en desacuerdo. -Pero estaba empezando a ocurrírsele otra posibilidad, de índole mucho más personal. Y mucho más importante que cualquier cosa que la piel de wub pudiera hacer con los libros o por los libros...o, de hecho, por cualquier objeto inanimado.En cuanto llegara a un teléfono...-Especialmente interesante -estaba diciendo Snead en ese momento- es su reacción a un volumen de escritos sobre el psicoanálisis, realizado por algunos de los psiquiatras freudianos más importantes de nuestro tiempo. Ha dejado todos los artículos intactos, pero al final de cada uno de ellos ha añadido la misma frase. -Se rió entre dientes-. "Médico, cúrate a ti mismo." Parece que encima tiene sentido del humor. 
-Sí -dijo Masters sin dejar de pensar en el teléfono y en la vital llamada que tenía que hacer.
                                   Resultado de imagen de twombly pompidouDe regreso a la oficina de Libros Obelisk, Masters realizó un experimento preliminar para comprobar si su idea podía funcionar. Envolvió cuidadosamente en piel de wub una taza y un platillo de porcelana Royal Albert de su propia colección. Entonces, tras un instante de inmensa duda y emoción, colocó el paquete en el suelo de su oficina y,con las escasas fuerzas que aún le quedaban, lo pisó.La taza no se rompió. O, al menos, no pareció romperse.Abrió el fardo y la examinó. Tenía razón. Envuelta en la piel de wub, la taza no podía ser destruida.Satisfecho, se sentó ante su mesa y lo pensó una última vez.El envoltorio de piel de wub había convertido un objeto temporal y frágil en algo indestructible. Así que la doctrina de supervivencia eterna del wub tenía una aplicación práctica...tal como había pensado.Levantó el teléfono y marcó el número de su abogado.-Lo llamo por mi testamento -dijo cuando lo tuvo al otro lado de la línea-. Ya sabe, el último que redacté, hace pocos meses. Quiero incluir una cláusula adicional.
                          -Sí, señor Masters -dijo rápidamente el letrado-. Dígame. 
-Una cuestión menor -dijoMasters con un susurro-. Tiene que ver con mi ataúd. Quiero que sea obligatorio para mis herederos: el ataúd tiene que estar forrado de piel de wub por todos los lados. De Flawless Incorporated. Quiero presentarme ante el Hacedor vestido de piel de wub, por decirlo así. Para dar buena impresión. -Se rió despreocupadamente, pero su tono era de mortal seriedad, y el abogado lo percibió. 
-Si es lo que quiere...-dijo. 
-Y le sugiero que haga usted lo mismo -dijo Masters. 
-¿Por qué? 
-Consulte la biblioteca de referencia médica para uso doméstico que vamos a publicar el mes que viene. Pero asegúrese de que es la versión encuadernada en piel de wub. Tendrá algunas diferencia con la otra. -Entonces volvió a pensar en el ataúd forrado de wub. Enterrado a gran profundidad, consigo dentro, mientras la piel iba creciendo y creciendo...Sería interesante comprobar qué versión de sí mismo produciría el forro de piel de wub.Sobre todo, al cabo de varios siglos.

Las imágenes  son de Cy Twombly que  como Dick nació en 1928 - y también dejó una obra  activa ,llena de semillas -plásticas  -Dick literarias -que  son una cantera a la que acuden  artistas de distintos ámbitos  con frecuencia.

Resultado de imagen de P.K.Dick Cuentos VP.K.Dick, Cuentos Completos V, cinco tomos,  MINOTAURO 

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