viernes, 17 de octubre de 2008

César Vallejo:puntal de la poesía del siglo xx .

Dibujo de César Vallejo por Picasso, 1938





El poeta  César Vallejo, nació en Santiago de Chuco (Perú) en 1892. Formó parte de la vanguardia literaria y su poesía, junto a aportaciones formales nacidas de estos movimientos renovadores, sobre todo del surrealismo,mostró un interés especial por las cuestiones sociales. 

La Guerra Civil española le hiere en lo más hondo y en los versos que le dedica en España, aparta de mí este cáliz muestra el dolor  que este dramático hecho le causa.


Si hubiera que reducir sus temas a uno solo éste sería: los hombres, sus dolores y fatigas, sus carencias..Su poesía, hecha de ritmo y energía, y engloba expresiones irracionales con las que crea imágenes sorprendentes de gran fuerza expresiva; la  raíz surrealista,está traspasada de un humor orillado de tristeza y compasión por la orfandad humana y de dolor por  la crueldad y la injusticia de unos hombres con otros..


Poemas humanos, Trilce y Los heraldos negros, contienen poemas donde se muestra como uno de las más grandes poetas -no sólo en español- de todos los tiempos . Tuvo una vida difícil con enormes carencias materiales..Murió en París en 1938, cumpliendo en parte su propia profecía en el recordado poema Piedra negra sobre piedra blanca: "Moriré en París con aguacero/ un día del que tengo ya el recuerdo".






César Vallejo en Berlín.




Considerando en frío,
imparcialmente...




Considerando en frío,imparcialmente,
que el hombre es triste, tose y, sin embargo,
se complace en su pecho colorado;
que lo único que hace es componerse
de días;
que es lóbrego mamífero y se peina...

Considerando
que el hombre procede suavemente del trabajo
y repercute jefe, suena subordinado;
que el diagrama del tiempo
es constante diorama en sus medallas
y, a medio abrir, sus ojos estudiaron,
desde lejanos tiempos,
su fórmula famélica de masa...

Comprendiendo sin esfuerzo
que el hombre se queda, a veces, pensando,
como queriendo llorar,
y,sujeto a tenderse como objeto,
se hace buen carpintero, suda, mata
y luego canta, almuerza, se abotona...

Considerando también
que el hombre es en verdad un animal
y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza
en la cabeza...

Examinando, en fin,
sus encontradas piezas, su retrete,
su desesperación, al terminar su día atroz, borrándolo...

Comprendiendo
que él sabe que le quiero,
que le odio con afecto y me es, en suma, indiferente...

Considerando sus documentos generales
y mirando con lentes aquel certificado
que prueba que nació muy pequeñito...

le hago una seña,
viene,
y le doy un abrazo, emocionado.
¡Qué más da! Emocionado...Emocionado...





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