Imagen de escritura cuneiforme. La primera escritura, Sumer. IV milenio.
ES UN LIBRO DE CONSULTA ÚTIL Y AMENO. LA ENTRADA "LECTURA" , VALE PARA HACERSE UNA IDEA DE SU INTERÉS.
"LECTURA.- Sin desmentir a los deconstructivos, yo diría que la lectura no es un arte visual sino auditivo. Lo que el ojo ve no son imágenes sino signos que remiten a fonemas que remiten a una voz humana escondida e invisible; muchas veces, muerta. Las letras que forman palabras y oraciones son utensilios de ayuda a la memoria, como las cruces y señales que nos hacemos en las manos para recordar una cita, un teléfono, un deber.
Cuando pasamos los ojos sobre las letras de un escrito, reconstruimos la voz de un ausente. En los textos que han llegado hasta nosotros desde la antigüedad, suena la voz de los muertos, su herencia y su destrucción. Pero en los textos modernos, como los del diario, suena la voz de un locutor informando de algo u opinando de todo, cono el ruido de fondo de una actualidad siempre vacua.
Naturalmente, la voz que suena desde lo escrito no pertenece a ningún "autor" del pasado, sino que permanece en la perpetua transformación del presente, es una voz que revive cada vez que alguien la hace hablar. Y siempre habla aquí y ahora, aunque siempre hable desde el pasado que nos construimos en cada presente.
Cuando en 1846 Rawlinson consiguió leer las tablas con inscripciones cuneiformes que los exploradores ingleses habían robado de la antigua Persia,sonó en el interior de su alma la voz colosal de los pastores y de los reyes, repitiendo incansablemente sus leyes para un desierto poblado por el cadáver de tres civilizaciones.
La voz había enmudecido durante milenios, o sólo había resonado entre los muertos. Pero en el alma de Rawlinson no resonó ninguna voz del pasado histórico, sino una voz del presente que revivificó a los antiguos tiranos persas, así como los actores revivifican en la sucesión del tiempo a miles de Hamlet, de Edipo, de Fausto siempre distintos y el mismo.
Es digna de mención la opinión de los teóricos de la deconstrucción, para los cuales el escrito cambia de voz cada vez que se lee, y dice cosas nuevas, distintas e incluso contradictorias. Sobre todo contradictorias. Como si en cada nueva lectura se mudara la voz del muerto e impostara vidas y experiencias distintas. En una lectura de la Odisea sería Homero un navegante anciano que rememora la gloria de Atenas, pero en otra sería un borracho pederasta que delira en una prisión de Corinto. La lectura, para los deconstructivos, es una tarea infinita y no se entiende que tengan necesidad de más de un libro.
El dilema entre la vista y el oído, muy presente en la lectura, es imprescindible para la cultura occidental. La herencia griega es visual; la herencia hebrea es auditiva;: Para los griegos la vista era el sentido supremo; para los hebreos lo era el oído: el conflicto ha tenido capítulos crueles cuando los hombres todavía mantenían una relación con los dioses". [-]
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