¿Qué libro ajeno le habría gustado escribir?, Hoy, por ejemplo, todos los de Edgardo Cozarinski, Sylvia Molloy y Francisco Ferrer Lerín.
Patricio Pron,Babelia,23 mayo 2021
Como lo que se lee de Patricio Pron, artículos, ningún libro todavía, siempre interesa, se buscan los tres nombres. Dos autores argentinos y un poeta español. Mientras se espera el libro de Sylvia Molloy se tropieza por azar con un título prometedor de Pron , El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan y se encuentra un lugar que permite iniciar la lectura y una vez iniciada se desea seguir...y lo que eso supone. Es un libro de relatos.
En espera del libro de Pron se empieza, finalmente, a leer a Sylvia Molloy. (Ha sido una odisea llegar al libro. En una primera petición el apellido de la escritora argentina es confundido de forma inexplicable con la obra homónima de Samuel Beckett y eso es lo que llega, "Molloy" de Samuel Beckett y en inglés desde la otra parte del Atlántico. Después del agobio que supone una devolución complicada todo son facilidades y cortesía por parte de la librería norteamericana y también de Iberlibro y el problema desaparece de la mejor manera.) Y desde otro lugar, llega por fin Vivir entre lenguas de Sylvia Molloy :
TERRITORIO
"Cada idioma tiene su territorio, su hora, su jerarquía. El colegio de mi infancia se divide en dos mitades, inglés por la mañana, español por la tarde. Es, por ende, un colegio bilingüe. Pero se lo llama "un colegio inglés", sin duda por el prestigio que connota el término, pero también por la ley que impera. Si una alumna habla en español durante la mañana y no en inglés, y la pesca una maestra, es castigada. Debe ir al despacho de la directora donde firma el black book, que resulta ser una libretita negra menos ominosa de lo que suena. A las tres firmas uno es expulsado. Otras transgresiones serias que llevan a la firma y eventual expulsión: llevar las medias enrolladas en los tobillos, el pelo sin atar, o copiarse de una compañera. son ofensas graves (tan arbitrarias como los pecados mortales de la iglesia católica) pero acaso hablar español durante la mañana inglesa sea peor.
De pronto recuerdo algo interesante: los chistes verdes se contaban en español, la lengua prohibida por la mañana. o mejor dicho, la anécdota se contaba en inglés pero "las partes"solo se nombraban en español, como aquellos textos médicos decimonónicos que acudían al latín para nombrar lo innombrable. Solo después aprendí los equivalentes en inglés, a través de lecturas. Como es bien sabido la literatura cumple múltiples propósitos.
Por la tarde la escolaridad es en español. Si alguien habla en inglés a nadie le importa. No hay castigo. El español, comparado con el inglés, es una lengua descolorida, por lo menos para las que la traemos de casa. Como la madre de Freud, es certissima. Mis padres admiran este sistema pedagógico no sólo por la división de tiempos y espacios lingüísticos sino porque el inglés está por las mañanas "cuando están más frescas". Mis padres me regañan, nos regañan, a mi hermana y a mí, si mezclamos. La casa reproduce las divisiones en la novela familiar: español con la madre, inglés con el padre. Mezcla (cuando no te oyen) entre hermanas, como una suerte de lengua privada.
Reconocí esta misma mezcla en uno de mis viajes a Buenos Aires, en una tienda de artículos regionales, of all places. Dos mujeres, más o menos de mi edad, bien vestidas, están mirando una bufanda de alpaca, hablan entre sí. Esta le va a quedar bien, don't you think, pero no quiero gastar tanto, it's quite expensive, che. The awitching is effortless: tendrá sus reglas pero yo, como hablante no las conozco: switcheo,no analizo. Pienso: estas mujeres deben de haber ido al mismo colegio que yo, ahora que no les oyen sus padres, mezclan". p,20
Una vez leído se piensa por qué Patricio Pron en mayo de 2021 habrá deseado escribir también esta página y este libro (dice: "Hoy" y dice "todos"). Puede que por la naturalidad, la originalidad poco rebuscada pero evidente de una mirada incisiva por la gracia, ese don hecho de sutil percepción, armonía y sencillez que, de otro modo, roza los confines de lo lírico aunque sea pura prosa. Y también porque despiertan el interés y la curiosidad lo que trata y cómo lo trata desde el principio y hace aparecer el gusanillo de seguir y seguir... leyendo .
Sylvia Molloy, Vivir entre lenguas, Eternacadencia,2016
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