Hasta el 10 de enero se celebra en el Museo Thyssen de Madrid una exposición del francés Fantin-Latour (1836-1904), pintor menos conocido que los impresionistas de quienes fue amigo porque siguió su propio camino, no tan vanguardista, más tradicional y quedó oscurecido por ellos. Pero su calidad pictórica y sentido poético hacen que se le reconozca cada vez más, a pesar de su pintura no rupturista y callada, en medio de la ruidosa aparición del Impresionismo.
Había nacido en Grenoble aunque a los cinco años se trasladó con su familia a París.En 1851 ingresó en Bellas Artes, donde permaneció poco tiempo y después trabajó con Courbet, pero su verdadera escuela fue el Museo del Louvre, copiando una y otra vez a los grandes maestros.
En 1859 marchó a Inglaterra con Whistler y en Londres, encontró su clientela mas fiel. En 1864 expuso en el Salon de los Rechazados el Homenaje a Delacroix, primero de sus retratos de grupo que se consideran la parte mejor de su obra, aunque el resto de ella tiende a revalorizarse.
Había nacido en Grenoble aunque a los cinco años se trasladó con su familia a París.En 1851 ingresó en Bellas Artes, donde permaneció poco tiempo y después trabajó con Courbet, pero su verdadera escuela fue el Museo del Louvre, copiando una y otra vez a los grandes maestros.
En 1859 marchó a Inglaterra con Whistler y en Londres, encontró su clientela mas fiel. En 1864 expuso en el Salon de los Rechazados el Homenaje a Delacroix, primero de sus retratos de grupo que se consideran la parte mejor de su obra, aunque el resto de ella tiende a revalorizarse.
Edouard Manet, La tertulia del Café Guerbois. 1869.
En este apunte rápido y vivaz se refleja la animación del pequeño café cerca de la plaza de Clichy, donde se reunían escritores y artistas en torno a Manet a quien todos admiraban tras el éxito y escándalo de Almuerzo en la hierba, del Salón de los Rechazados de 1863. Manet -un pintor de pintores- era un maestro para los pintores jóvenes. Le seguían Monet, Pisarro, Renoir...,que más tarde protagonizarían el movimiento impresionista y... Cézanne. Pero también Maupassant, Mallarmé, Zola, Degas, Fantin Latour... y el fotógrafo Nadar en cuyo estudio en 1874 se celebraría la primera Exposición Impresionista.
En este apunte rápido y vivaz se refleja la animación del pequeño café cerca de la plaza de Clichy, donde se reunían escritores y artistas en torno a Manet a quien todos admiraban tras el éxito y escándalo de Almuerzo en la hierba, del Salón de los Rechazados de 1863. Manet -un pintor de pintores- era un maestro para los pintores jóvenes. Le seguían Monet, Pisarro, Renoir...,que más tarde protagonizarían el movimiento impresionista y... Cézanne. Pero también Maupassant, Mallarmé, Zola, Degas, Fantin Latour... y el fotógrafo Nadar en cuyo estudio en 1874 se celebraría la primera Exposición Impresionista.
Fantin-Latour, Homenaje a Delacroix,1864, ól/lz, 160 x250. Museo d'Orsay .Alrededor del retrato de Delacroix, que ha muerto hace poco, se reúnen literatos y artistas plásticos: Fantin-Latour con camisa blanca, el pintor americano Whistler de pie en primer plano, Manet con las manos en los bolsillos, Baudelaire, sentado a su derecha...
Cuando en 1838 Baudelaire descubre a Delacroix se apasiona por su obra. En El Salón de 1846 escribe:
"El romanticismo y el color me conducen de modo directo a Eugene Delacroix (...) El autor tiene, además de esta imaginación poética que es común tanto al pintor como al escritor, esa imaginación del arte que podría llamarse en algún modo la imaginación del dibujo y que es muy diferente de la anterior. Distribuye, agrupa y pliega a su voluntad las figuras con la habilidad de Miguel Ángel y la fecundidad de Rubens..." ,
Fantin Latour como buen retratista se preocupa de captar junto a los rasgos precisos la expresión psicológica de los retratados.Pero en plena efervescencia impresionista, él sigue ajeno a lo "moderno" y en su pintura predominan las tonalidades rojizas, los negros aterciopelados, las armonías oscuras, los blancos matizados...como una evocación de los retratos colectivos de la Holanda del XVII. La crítica fue feroz: falta de unidad, color brutal...pero el pintor hizo caso omiso y realizó otros cuadros de grupo muy admirados después : Un taller en Batignolles, 1870 y Un rincón de mesa, 1872...
Fantin-Latour, Un taller en Batignolles, 1870. Es un homenaje a Manet que, sentado en el centro pinta. De pie a la derecha Fréderic Bazille, detrás Monet que mira al espacio del espectador.También están representados el músico Maître, y Zola, Renoir...
Fantin-Latour, Un rincón de mesa, 1872, ól/lz, 160 x 225, Museo d' Orsay. Personajes del mundo de las letras y el arte y entre ellos Paul Verlaine y Arthur Rimbaud, sentados en el ángulo izquierdo.Las flores de la derecha y los objetos de la mesa forman un bodegón que enmarca al grupo.
A esa bella espalda desnuda de muchacha le sobra empaste, le falta transparencia de color y ligereza de pincelada para ser un Renoir; y el hermoso retrato de la elegante dama tiene un exceso de precisión y otros detalles inadecuados para el canon impresionista, no obstante su calidad; pero mientras pintaba los cuadros de la lectora y el de la lectora y la bordadora, que sigue pensativa la lectura con más interés que su labor, parece que algún artista menor del Quattrocento se ha sentado un momento en el estudio de Fantin-Latour a hacerle compañía.
Lo mismo sucede con sus mejores bodegones/naturalezas muertas; esos melocotones recuerdan a Chardin que también pintaba en París cien años antes;y debajo, la mesa con frutas, flores, el agua cristalina contenida en el jarrón transparente, y un cuchillo que oscila, y se caerá al suelo según el visitante se de la vuelta, traslada al siglo XVII, principios, tal vez a Caravaggio..., cuando esa congelación del instante tenía el significado moral del fluir del tiempo...hacia la muerte.
Porque como Gombrich sostiene cada naturaleza muerta es una vanitas, un recuerdo de la fugacidad de las cosas y de la vida que recuerda el Eclesiastés, vanidad de vanidades y todo vanidad En estos bodegones -que los holandeses pintaron como nadie-, Fantin-Latour que es un ecléctico, homenajea a sus maestros, que están a dos pasos, en el Louvre, sin dejar de ser él.
Porque como Gombrich sostiene cada naturaleza muerta es una vanitas, un recuerdo de la fugacidad de las cosas y de la vida que recuerda el Eclesiastés, vanidad de vanidades y todo vanidad En estos bodegones -que los holandeses pintaron como nadie-, Fantin-Latour que es un ecléctico, homenajea a sus maestros, que están a dos pasos, en el Louvre, sin dejar de ser él.
La pasión por la música que Fantin compartió con Baudelaire, entre otros. Schumann,Brahms Wagner, Berlioz, pero sobre todo Wagner le inspiraron una serie de alegorías musicales de Tannhäuser y Lohengrin llenas de sentimientos románticos, fluidez y sensualidad que acentúan qué lejos estaba de los Impresionistas y cuánto más próximo a los Simbolistas.
Fantin-Latour retrata a Baudelaire, cercano y vivo, a pesar de la técnica abocetada, como una presencia poderosa; el poeta y crítico, que expresaba su apasionada idea de la música así:
LA MUSIQUE/ LA MÚSICA
La musique souvent me prend comme une mer!
Vers ma pâle étoile,
Sous un plafond de brume ou dans un vaste éther.
Je mets à la voile;
¡La música a menudo me arrastra como un mar!
Hacia mi pálida estrella,
bajo un techo de bruma o en un vasto éter.
Me embarco;
La poitrine en avant et les poumons gonflés
Comme de la toile,
J'escalade le dos de flots amoncelés
Que la nuit me voile;
el pecho adelantado y los pulmones hinchados
como una vela,
escalo el lomo de las olas amontonadas
que la noche me oculta;
Je sens vibrer en moi toutes les passions
D'un vaisseau qui souffre;
Le bon vent, la tempête et ses convulsions
siento vibrar en mí todas las pasiones
de un navío que sufre;
el viento favorable, la tempestad y sus convulsiones
Sur l'immense gouffre
Me bercent. -D'autres fois, calme plat, grand miroir
De mon désespoir!
sobre la inmensa sima
me arrullan. Otras veces, calma chicha, gran espejo
de mi desesperación.